domingo, 31 de enero de 2021

Siete Domingos a San José

 



San José es el esposo de la Virgen Madre, y por lo mismo, en cierta manera el padre de Jesús. Mucho debe quererle el Señor en el cielo, puesto que tanto le amo en la tierra, en dónde le estuvo sujeto y obedeció como a padre y señor. 

En frase de Santa Teresa "este glorioso santo tengo experimentado socorre en todas necesidades, y quiere el señor darnos a entender que, así como en la tierra le fue sujeto, así en el cielo hará cuanto le pida". 

Entre las devociones populares al glorioso Patriarca figura la de los siete domingos. Consiste esta devoción en comulgar, previa confección si es necesario, siete domingos seguidos y el rezo del Padrenuestro, Ave María y Gloria, tras meditar uno de los SIETE DOLORES Y GOZOS de San José. El tiempo más apropiado para esta devoción es comenzarla el séptimo domingo anterior a la solemnidad de San José, día 19 de marzo. 


Con motivo del Año dedicado a San José por su Santidad el Papa Francisco, recuperamos esta devoción y le encomendaremos especialmente el fin de la pandemia y que interceda para que el Espíritu Santo suscite muchos y santos sacerdotes, además de nuestras intenciones particulares.


Ofrecimiento 

¡Glorioso Patriarca San José! Venimos a consagrarte estos siete domingos meditando en ellos "tus dolores y gozos". Te ofrecemos nuestro corazón; recíbelo y refórmalo según el tuyo, para que todos los días de nuestra vida te sean agradables y merezcan las bendiciones de Jesús y María. Amén. 


PRIMER DOLOR Y GOZO

José, cómo era justo y no quería difamar a su esposa, pensó repudiarla en secreto. Estando el considerando estas cosas, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo (Mt 1, 18-21). 

Glorioso San José, esposo de María Santísima. Las angustias de tu alma, ante la duda de abandonar a tu Purísima Esposa, se tornaron en inmensa alegría al conocer por el ángel el misterio de la Encarnación. 

Por ese dolor y gozo, te rogamos nos consueles en las angustias de la última hora y nos concedas una muerte santa y una vida semejante a la tuya junto a Jesús y María.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria


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