Celebramos hoy 29 de septiembre la fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
Los arcángeles constituyen uno de los nueve coros de ángeles. Según las Sagradas Escrituras hay siete arcángeles, pero sólo mencionan el nombre de tres: Miguel (Ap 12:7-9), Gabriel (Lc 1:11-20; 26-38) Rafael (Tobit 12:6, 15).
La Sagrada Escritura los presenta como príncipes de la corte celestial.
De estos tres arcángeles revela sus misiones singulares y que, sirviendo a Dios día y noche, contemplan su rostro y Le glorifican sin cesar:
Miguel aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles malos;
Miguel aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles malos;
Gabriel, enviado por el Señor a diferentes misiones, anunció a la Virgen Maria el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y su maternidad divina;
Rafael acompañó al joven Tobías cuando cumplia un difícil encargo y se ocupó de solucionar difíciles asuntos de su esposa.
Dios ha encomendado a los arcángeles las misiones mas importantes en relación a los hombres y son guardianes de personas a quién Dios ha confiado grandes misiones, como del Santo Padre, cardenales, obispos.
Los nombres de los otros cuatro arcángeles (San Uriel, San Barachiel ó Baraquiel, San Jehudiel, Saeltiel) no aparecen en la la Biblia. Se encuentran en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en la literatura rabínica. La Iglesia reconoce los nombres que se encuentran en las Sagradas Escrituras. Los demás nombres pueden tenerse como referencia pero, no son doctrina de la Iglesia ya que provienen de libros que no son parte del canon de la Sagrada Escritura.
En relación a esto, debemos tener cuidado con otros nombres dados a los ángeles, algunos de los cuales son de origen ocultista o de la Nueva Era.
Actualmente, se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden "angelitos" de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres.
Hay que tener cuidado, pues se puede caer en dar a los ángeles atribuciones que no les corresponden y elevarlos a un lugar de semidioses, convertirlos en "amuletos" que hacen caer en la idolatría, o crear confusiones entre lo que son las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.
Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses.
Hay que tener cuidado, pues se puede caer en dar a los ángeles atribuciones que no les corresponden y elevarlos a un lugar de semidioses, convertirlos en "amuletos" que hacen caer en la idolatría, o crear confusiones entre lo que son las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.
Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses.
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