sábado, 18 de abril de 2020

Fiesta de la Divina Misericordia

Juan Pablo II orando ante el cuadro a la Divina Misericordia





En el año 2000 el Papa San Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina y durante la ceremonia declaró que cada segundo domingo de Pascua se celebraría en toda la Iglesia el Domingo de la Divina Misericordia.

El Papa San Juan Pablo II decía:

"Siempre he apreciado y sentido cercano el mensaje de la divina Misericordia. 

Es como si la historia lo hubiera inscrito en la trágica experiencia de la segunda guerra mundial. En esos años difíciles fue un apoyo particular y una fuente inagotable de esperanza, no sólo para los habitantes de Cracovia, sino también para la nación entera. 

Ésta ha sido también mi experiencia personal, que he llevado conmigo a la Sede de Pedro y que, en cierto sentido, forma la imagen de este pontificado"


Estas palabras pronunciadas por el Papa Juan Pablo II en el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Łagiewniki son la clave para entender su vida, su magisterio y su ministerio apostólico. 


Inspirado por el mensaje de la Divina Misericordia, que Dios le había transmitido a Sor Faustina, Juan Pablo II escribió la primera encíclica, en la historia de la Iglesia, dedicada a la Divina Misericordia. “Dives in Misericordia”. En ella, anima a los fieles a volver de nuevo la mirada al misterio del amor misericordioso de Dios.


Asimismo, introdujo en la Liturgia de la Iglesia, la Fiesta de la Divina Misericordia el primer domingo después de Pascua y finalmente consagró a todo el mundo a la Divina Misericordia, para que en ella la humanidad entera encuentre la salvación y la luz de la esperanza. 


Para el Santo Padre, la misericordia de Dios es lo más esencial para la Iglesia y para el mundo. El camino de la esperanza pasa por el conocimiento de la misericordia de Dios, el abandono a Él y la caridad ejercida a las demás.


¡Cuánta necesidad de la misericordia de Dios tiene el mundo de hoy! 



La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos (...) y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia (Diario, 723). En este mensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil (Diario, 742).


La Fiesta de la Misericordia ha salido de mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia" (Diario, 699)

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