domingo, 9 de diciembre de 2012

Convivencia Adviento en Chipiona



Una colaboradora del blog trae el relato de lo que dio de si, la convivencia de Chipiona.

Lo primero de todo es el buen tiempo que hizo, San Pedro había cerrado la llave de paso para que nos fuéramos de convivencia ya que el día anterior había estado lloviendo, pero esa mañana hacía un sol estupendo, eso sí un poquito de frío.  


Amenizado el viaje por Antonio López que cantó sevillanas y contó algún chiste, a mitad del camino se paró para desayunar, creo que hay documento grafico de lo bien que desayunaron algunos.





Cuando llegamos al santuario y se hizo una visita a la Virgen, se rezó el ángelus. 

Después entramos en el monasterio y en uno de los salones tuvimos un retiro. 
D. Juan Luis nos estuvo hablando sobre la esperanza y al final de la charla nos dejó unas preguntas: 

  • ¿De que nos sirve la Navidad si no mantenemos viva la esperanza?
  • ¿Es que Dios no ha salvado ya el mundo? 
  • ¿Es que Dios no está en medio de nosotros? 
  • ¿Es que Dios no ha vencido la muerte y el pecado?
  • ¿Es que Dios ha perdido el control de la historia?
Entonces unos se fueron a la capilla, otros a un oratorio pequeñito (muy cuqui) era una habitación pequeñita con el Sagrario en el centro, sobre un tronco una cajita de cristal. Otros bajaron a la playa.

Después se celebró del 1er domingo de Adviento en la capilla. 



Como anécdota comentar que cuando se iba a empezar la misa se dieron cuenta que no había leccionario. 
D. Juan Luis rápido de reflejos lo arregló pronto, buscó en internet las lecturas y las leyeron en el móvil.*
Alguien dijo que ¡a donde íbamos a llegar con las nuevas tecnologías!, a lo D. Juan Luis dijo que mientras se utilicen para hacer bien no hay problema con ellas.

Tras la homilía algunos compartieron lo que les estaba sirviendo la convivencia y lo a gusto que se encontraban.

A continuación, la comida, muy bueno todo. Arroz, carne y postre.

Y después de comer tiempo libre hasta las 17.30 que salía el autobús, momento en que cada uno hizo lo que quiso, unos se fueron a comprar vino dulce, otros a dar un paseo por la playa, otros pasearon por el paseo marítimo.
Hubo una cenicienta que perdió un zapato jajaj, aunque el mar se lo devolvió, ¡menos mal! si no se tiene que volver descalza. 

Y antes de salir entramos al santuario a despedirnos de la Virgen darle las gracias por el día que habíamos pasado y pedirle tener un buen viaje de regreso. Dio tiempo de todo, de rezar, de reir, de charlar.

Nos montamos en el autobús y “pá” casa. El viaje de vuelta fue muy tranquilo, unos hablando con su acompañante, otros echando una cabezadita….

Y como es de bien nacidos ser agradecidos queremos dar las gracias a D. Juan Luis y a todos por el día compartido, y por supuesto dáselas a Dios el primero, que es el importante y a la Virgen de Regla.

.*A esto se llama tener un cura de "última generación". Gracias a Dios.





No hay comentarios: